El cofundador del cartel de Sinaloa Ismael «El Mayo» Zambada se declaró este viernes «no culpable» en una audiencia en el tribunal de Nueva York donde será juzgado por empresa criminal y tráfico de drogas, que pueden llevarle a pasar el resto de sus días en la cárcel.
Zambada fue detenido el 25 de julio en Nuevo México al aterrizar en un pequeño avión en compañía de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán -el otro cofundador del cartel de Sinaloa en los años 1980 y condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.
Vestido con traje de presidiario y debilitado físicamente -necesitó ayuda para levantarse de la silla al dejar la sala-, Zambada, de 76 años, escuchó los 17 cargos de los que se le acusa, de los que se declaró «no culpable» a través de su abogado.
Su próxima vista está prevista para el 31 de octubre.
Al ser preguntado por el juez James Cho cómo se sentía, el acusado respondió con un escueto: «Bien, bien».
Después, se limitó a responder con un «sí señor» a través de intérprete a las preguntas habituales del magistrado sobre si entendía las acusaciones y cuestiones de procedimiento.
Su aparente vulnerabilidad contrasta con la descripción que hizo de él el fiscal Francisco Navarro: «Hasta su detención el 25 de julio de 2024, el acusado fue uno de los más, sino el más, poderoso capo del narcotráfico del mundo».
«Es responsable por llenar a Estados Unidos con fentanilo, cocaína y otras drogas que han llevado la muerte y la violencia en nuestras calles», recordó.
Por ello, aunque su defensa no pidió libertad bajo fianza mientras se celebra el juicio, la fiscalía busca «una orden permanente de detención» para el acusado que supone «un peligro extremo para la sociedad y alto riesgo de fuga».
Mientras aguarda juicio estará en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, conocido por sus deficiencias, y por donde han pasado antes que él su compadre «El Chapo» Guzmán.
O el exsecretario de Seguridad durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), Genaro García Luna, que debe conocer su sentencia el 9 de octubre, tras ser hallado culpable también de narcotráfico. Puede pasar también el resto de su vida en la cárcel.
La fiscalía neoyorquina acusa a este famoso narcotraficante, que en más de cuatro décadas de carrera delictiva nunca había sido preso, de 17 cargos, entre ellos empresa criminal continuada, tráfico de drogas (en particular cocaína, heroína y fentanilo), asesinato y tráfico y posesión de armas.
De ser hallado culpable, puede acabar sus días en la cárcel.
Su abogado Frank Pérez aseguró a la prensa al término de la vista que el caso «irá a juicio», por lo que en principio se descarta un acuerdo con la fiscalía que pueda evitar a Zambada sentarse en el banquillo.
No obstante, puede declarar su culpabilidad en cualquier momento de lo que se augura como una larga instrucción.
Pérez también aseguró que su defendido se encuentra «muy bien» de salud y de ánimos.
– «Complejo» –
Este es un caso «complejo», dijo el fiscal, ya que las acusaciones «abarcan varias décadas».
«Prevemos que las pruebas serán voluminosas y variadas» y se manejará «información clasificada», que puede dificultar la instrucción.
En las últimas dos décadas, la justicia estadounidense había emitido al menos 16 actas de acusación contra él.
Tras su detención el 25 de julio en el aeropuerto de Santa Teresa (Nuevo México), Zambada también se había declarado no culpable ante un tribunal de la fronteriza localidad de El Paso, en Texas.
Según contó en una carta tras su detención, Zambada fue emboscado y engañado por Guzmán López, también conocido como «El Chapito» por el apodo que reciben los hijos del «Chapo» y traído por la fuerza a Estados Unidos, que había ofrecido 15 millones de dólares por su captura, en un caso.
La agencia antidrogas estadounidense (DEA) asegura que Los Chapitos libran «una batalla interna» contra el Mayo, quien «no goza de buena salud» y habría perdido poder en la organización criminal.
Su facción ya sufrió un golpe en mayo, cuando hombres armados tendieron una emboscada y asesinaron a su sobrino Eliseo Imperial Castro, alias Cheyo Ántrax.
Trasladado a una cárcel de Illinois (norte), donde se instruye también una causa contra uno de sus hermanos, el «Chapito» también se declaró no culpable.
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