En un reciente avance, un equipo de investigadores de la Universidad de Colorado Boulder ha aportado nuevas pruebas que ayudan a resolver un misterio centenario que envuelve a Saturno y sus fascinantes anillos.

El equipo, liderado por Sascha Kempf, profesor asociado al Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial (LASP), ha publicado un estudio en la revista Science Advances, que proporciona la evidencia más convincente hasta la fecha sobre la edad de los anillos de Saturno.

Los hallazgos del estudio indican que los anillos no tendrían más de 400 millones de años, lo que sugiere que se formaron después del nacimiento de Saturno, que se estima ocurrió hace unos 4.500 millones de años.

Según Kempf, el análisis detallado del polvo espacial ha sido clave para desentrañar los secretos de los anillos de Saturno que han desconcertado a los científicos durante más de un siglo. “En cierto modo, hemos cerrado una pregunta que comenzó con James Clerk Maxwell (el científico escocés que inició los estudios del planeta en el siglo XIX)”, empezó explicando el científico.

La investigación revela que los anillos que rodean a Saturno en su mayoría están formados por “hielo de agua”, pero “están contaminados por material no helado con una fracción de volumen que oscila entre ~0,1 y 2%. Aparte, el bombardeo continuo de micrometeoritos exógenos al sistema de Saturno es una fuente de este material no helado”.

Además, explican que “el color del anillo resultante y las variaciones del albedo con la distancia radial de Saturno proporcionan una clave para restringir la edad del anillo”.

En una investigación que se ha desarrollado durante 13 años, de 2004 a 2017, científicos han utilizado una herramienta llamada Analizador de Polvo Cósmico a bordo de la nave espacial Cassini de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA). Este instrumento permitió examinar las partículas de polvo que orbitan alrededor de Saturno, el sexto planeta de nuestro sistema solar.

El estudio, que ha aportado una nueva luz sobre el antiguo misterio de los anillos de Saturno, ha proporcionado pruebas convincentes de que estos anillos podrían ser más jóvenes que el propio planeta