Harrisburg, Pensilvania.- Cody Balmer, de 38 años, se declaró culpable de múltiples cargos, incluido intento de asesinato, por provocar un incendio en la residencia oficial del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, mientras él y su familia dormían en el lugar. El ataque ocurrió el pasado 13 de abril en Harrisburg y fue calificado por las autoridades como un acto de violencia política.
Balmer admitió su responsabilidad en un total de 44 cargos, entre ellos incendio provocado, incendio agravado, robo, asalto agravado, imprudencia temeraria y terrorismo. Fue sentenciado a una pena de entre 25 y 50 años de prisión, tras un acuerdo de culpabilidad alcanzado con la fiscalía del condado de Dauphin.
Un ataque con motivaciones ideológicas
Según la policía, Balmer ingresó a la residencia del gobernador y lanzó bombas molotov en el comedor, horas después de que Shapiro celebrara un seder de Pésaj con familiares y amigos. En una llamada al 911, el acusado confesó que su intención era atacar al gobernador, a quien calificó como un “monstruo” por su apoyo a la guerra de Israel en Gaza. También afirmó que, de haberlo encontrado, lo habría golpeado con un martillo.
Shapiro y su familia lograron evacuar la vivienda sin sufrir lesiones. En una rueda de prensa posterior a la sentencia, el gobernador expresó el impacto emocional del ataque: “He cargado conmigo un enorme sentimiento de culpa. Culpa de que hacer este trabajo que tanto amo ha puesto en riesgo la vida de nuestros hijos”.
El fiscal Fran Chardo, quien lideró el caso, fue elogiado por el gobernador por lograr lo que calificó como una “verdadera responsabilidad”. Shapiro subrayó la importancia de no normalizar la violencia política: “En estos tiempos de creciente violencia política, ninguno de nosotros debe volverse insensible a ella”.