Cerca de 17 mil personas seguían el ostentoso estilo de vida Boris Bork, un multimillonario en apariencia real, que disfrutaba de almuerzos en restaurantes exclusivos, paseos en autos de lujo y viajes en helicóptero.
Sin embargo, esta persona era una creación ficticia, producto de un experimento ideado por dos jóvenes que querían poner a prueba la credulidad en la era digital.
Uno de los creadores, Roman Zaripov, de 23 años, quiso probar que podía convertir a una persona en estrella de redes sociales sin una gran inversión de dinero. Tras un meticuloso hallazgo encontró a Boris Kudryashov, un jubilado de mediana edad con un físico “fresco” y buena predisposición, que aceptó trabajar en el experimento.
En entrevista con la BBC, revela que la cuenta de Instagram llegó a recibir hasta 30 mensajes por día. Le llegaban propuestas para promocionar marcas de ropa o aceptar regalos a cambio de publicidad, mayoritariamente.
Después de seis meses, el experimento terminó. A través de Facebook Zaripov explicó el proyecto y sus motivaciones. “Todavía me sorprende cómo, gastando apenas 800 dólares en dos meses, podés lograr que decenas de miles de adultos crean en una persona que no existe”, se lee en la publicación. “Lo que más me impactó fue lo fácil que es engañar a la gente y cómo quienes deberían verificar la información que circula en redes no lo hacen”.
