Alabama.- La muerte de Dennoriss Richardson, un hombre afroamericano de 39 años, encontrado ahorcado en una casa abandonada en Alabama, ha desatado una ola de sospechas y ha llevado al FBI a abrir una investigación.
La esposa de Richardson ha negado rotundamente la versión oficial de suicidio, argumentando que su esposo no tenía motivos para quitarse la vida y que su muerte podría estar relacionada con una denuncia presentada contra el Departamento de Policía local.
En dicha denuncia, Richardson alegaba haber sido víctima de brutalidad policial, incluyendo el uso de gas lacrimógeno y descargas eléctricas. Tras presentar la denuncia, el hombre fue detenido en múltiples ocasiones, lo que generó un clima de tensión entre él y las fuerzas del orden.
La comunidad de Colbert, donde ocurrió el incidente, se muestra escéptica ante la versión oficial de suicidio, debido a una profunda desconfianza hacia la policía local, a la que acusan de un patrón de uso excesivo de la fuerza. Esta desconfianza se ve reforzada por el historial de linchamientos de afroamericanos en el estado.
El sheriff local ha solicitado la intervención del FBI para investigar el caso, reconociendo la necesidad de esclarecer los hechos y garantizar la transparencia. La investigación del FBI se centrará en determinar si la muerte de Richardson fue un suicidio, un homicidio o si existen otras circunstancias que deban ser investigadas.