Washington, D.C.- En medio de una escalada inflacionaria que ha golpeado el bolsillo de millones de familias estadounidenses, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció que el gobierno se encuentra ultimando una medida económica “de gran alcance” para reducir los precios del café y los plátanos, dos productos esenciales en la dieta diaria del país.
La iniciativa surge como respuesta a los efectos de los recientes aranceles impuestos a países exportadores, que han encarecido significativamente las importaciones.
Según cifras oficiales, el precio del café ha registrado aumentos interanuales superiores al 20 %, mientras que el costo de los plátanos también ha subido debido a tarifas adicionales aplicadas a naciones como Guatemala, Ecuador y Honduras.
Bessent adelantó que la nueva política comercial se enfocará en productos que no se cultivan en territorio estadounidense, lo que incluye el café y diversas frutas tropicales.
La propuesta contempla una posible reducción o suspensión temporal de aranceles, con el objetivo de aliviar la presión sobre los precios minoristas y contener el impacto de la inflación.
El presidente Donald Trump también dejó entrever la flexibilización de restricciones al declarar que “va a entrar algo de café”, en referencia a la posible reapertura de canales comerciales con países latinoamericanos.
Aunque la medida podría ofrecer un respiro a los consumidores, expertos advierten que los efectos no serán inmediatos. La estabilización de precios dependerá de factores como el clima en las regiones productoras, la logística de distribución y la evolución de las relaciones comerciales con América Latina.
Con el café moviendo más de 110 mil millones de dólares al año en el mercado estadounidense y los plátanos siendo uno de los productos más consumidos, el anuncio se perfila como un intento estratégico del gobierno para reforzar su imagen económica en un año electoral marcado por el aumento del costo de vida.



