Internacionales.-Este sábado, el Papa León XIV recibió oficialmente las cartas credenciales del nuevo embajador de Estados Unidos ante la Santa Sede, Brian Francis Burch, en una ceremonia celebrada en el Palacio Apostólico.
El encuentro marca el inicio formal de la misión diplomática de Burch, designado por el presidente Donald Trump, y se produce cuatro meses después de la histórica elección del primer pontífice estadounidense.
La embajada de Estados Unidos informó que durante la audiencia se discutieron diversos temas de relevancia internacional, entre ellos los conflictos en Ucrania y Gaza, la protección de la libertad religiosa, el avance de la inteligencia artificial y las relaciones entre el Vaticano y China. Este último punto se abordó en el contexto del acuerdo bilateral firmado en 2018 durante el pontificado de Francisco, que estableció mecanismos conjuntos para el nombramiento de obispos.
Condolencias por el asesinato de Charlie Kirk
Uno de los momentos más emotivos del encuentro fue el mensaje de pésame que el Papa León XIV transmitió al embajador Burch por el reciente asesinato del comentarista político Charlie Kirk. “Nuestras diferencias políticas nunca deben resolverse con violencia”, expresó el pontífice, según comunicó la embajada en su cuenta oficial de X. El Papa también aseguró que rezaba por la viuda de Kirk y sus hijos.
El Vaticano continúa desempeñando un papel clave en la diplomacia global. En los últimos meses, el Papa León XIV ha mantenido encuentros con líderes como el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y el presidente israelí Isaac Herzog. También sostuvo una conversación telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin, instándolo a realizar “un gesto que favorezca la paz” en Ucrania.
Uno de los momentos más destacados de esta nueva etapa diplomática fue el inesperado encuentro entre Trump y Zelenski durante el funeral del Papa Francisco el pasado 26 de abril, facilitado por la Santa Sede en un intento por acercar posturas entre ambos líderes.
Con la llegada de Burch al Vaticano, se abre una nueva fase en las relaciones entre Estados Unidos y la Iglesia Católica, marcada por el diálogo sobre los grandes retos del presente y la búsqueda de soluciones desde la fe, la diplomacia y la cooperación internacional.
