Vaticano.- Bajo un cielo que pasó de la lluvia persistente a la calma, el papa León XIV ofreció su primer mensaje de Navidad desde la logia de la basílica de San Pedro, frente a más de 26,000 fieles reunidos en la plaza. El pontífice, primer papa estadounidense, instó a dejar atrás la indiferencia y a mirar con compasión a quienes sufren en distintas partes del mundo.
En su tradicional discurso Urbi et Orbi (“A la ciudad y al mundo”), León XIV recordó a los habitantes de Gaza que han perdido todo, al pueblo yemení golpeado por la pobreza y a los migrantes que cruzan mares y fronteras en busca de esperanza. “Si realmente entráramos en el sufrimiento de los demás y nos solidarizáramos con los débiles y oprimidos, el mundo cambiaría”, expresó con firmeza.
El pontífice pidió justicia y estabilidad para Medio Oriente, consuelo para las víctimas de conflictos en África y oraciones por el pueblo de Ucrania. También hizo un llamado al diálogo en América Latina, a la reconciliación en Myanmar y a la cooperación internacional frente a desastres naturales en Asia y Oceanía.
León XIV revivió la tradición de saludar en varios idiomas, abandonada por su predecesor, y recibió cálidos aplausos al dirigirse en inglés y español, lengua que adoptó durante su servicio como misionero y arzobispo en Perú.
Durante la misa navideña celebrada en la basílica, adornada con flores y luces festivas, el papa subrayó que la paz solo puede surgir del diálogo verdadero: “Habrá paz cuando nuestros monólogos se interrumpan y, enriquecidos por la escucha, nos arrodillemos ante la humanidad del otro”.La jornada marcó además el cierre de las celebraciones del Año Santo, que concluirán el próximo 6 de enero con la festividad de la Epifanía.
