El huracán Beryl tocó tierra este lunes en las costas de Texas, sur de Estados Unidos, con vientos de 130 km/h, causando lluvias, penetración del mar y cortes de energía, aunque deberá debilitarse mientras avanza en el territorio.
«El centro de Beryl llegó a tierra cerca de Matagorda, Texas», un balneario localizado en el condado del mismo nombre, al suroeste de Houston, según un reporte del estadounidense Centro Nacional de Huracanes (NHC) emitido a las 04H00 locales.
«Beryl se está moviendo tierra adentro sobre el este de Texas. En partes de Texas se están produciendo marejadas ciclónicas y fuertes lluvias que ponen en peligro la vida. Vientos dañinos continúan a lo largo de la costa, con fuertes vientos», agregó en otro reporte, una hora después.
Por sus características, Beryl se considera un huracán de categoría 1, como se denomina a aquellos con vientos de entre 74 a 95 millas por hora (119 a 153 km).
Las autoridades habían previsto cortes de energía, producto del paso de Beryl. La madrugada de este lunes, unos 250.000 clientes se encontraban sin luz en Texas, según el sitio poweroutage.us.
El Servicio Meteorológico Nacional mantenía una alerta de tornado para algunas zonas de Texas, entre ellas Houston, ciudad de 2,3 millones de habitantes que se encuentra cerca de la trayectoria del ojo del huracán.
«Tenemos que tomarnos a Beryl muy en serio», dijo el domingo en conferencia de prensa el alcalde de la ciudad, John Whitmire. La madrugada de este lunes, Houston se encontraba bajo una lluvia intensa, acompañadas de ráfagas de viento.
El alcalde y las autoridades aseguraron que tenían equipos de rescate listos para actuar si es necesario.
Varios sectores de la costa de Texas estaban bajo advertencia de huracanes y marejadas ciclónicas.
Imágenes de un cazador de huracanes desde la localidad de Sargent, entre Corpus Christi y Galveston, cerca de Matagorda, mostraban lluvias y penetración del mar.
«La combinación de marejada ciclónica y marea causará que áreas normalmente secas cerca de la costa se vean inundadas por el aumento de las aguas, moviéndose hacia el interior desde la costa», precisó el NHC.
-Evacuaciones-
Las autoridades del condado de Nueces, donde se encuentra Corpus Christi, ya habían pedido a quienes veraneaban en sus playas que evacuaran la ciudad. En tanto, el vecino condado de Refugio, que aún no se ha recuperado plenamente de los efectos del huracán Harvey en 2017, dispuso el sábado la evacuación obligatoria de sus habitantes.
En la ciudad de Port Lavaca, dueños de negocios protegieron con tablas los vidrios de sus establecimientos, mientras que Galveston, al sureste de Houston, emitió una orden de evacuación voluntaria para algunas áreas.
A su paso por el Caribe la semana pasada, Beryl dejó al menos siete muertos: tres en Granada, donde el fenómeno tocó tierra el lunes; uno en San Vicente y las Granadinas y tres en Venezuela, según autoridades locales.
Pero el viernes se degradó a tormenta tropical, tras tocar tierra como huracán en la turística Riviera Maya de México, donde dejó únicamente daños materiales, reportaron las autoridades. Luego siguió rumbo a Estados Unidos.
– Debilitamiento-
«En la trayectoria prevista, el centro de Beryl se desplazará hacia el este de Texas [este lunes]», para que luego avance hacia Mississippi y Ohio el martes y miércoles, informó el NHC.
«Se espera un debilitamiento entre constante y rápido a medida que el centro se desplace hacia el interior, y se espera que Beryl se debilite hasta convertirse en tormenta tropical más tarde hoy [lunes] y a depresión tropical el martes», sostuvo el reporte.
«El impacto que esperamos son vientos de tormenta tropical, inundaciones repentinas en todo nuestro condado, posible advertencia de inundación, posibles cortes de energía, tornados y especialmente cierres de carreteras (…) Mucha lluvia que viene hacia nosotros», dijo el domingo George Bio, juez del condado de Fort Bend, vecino a Houston.
Imágenes en redes sociales mostraban fuertes lluvias cayendo la madrugada en la ciudad de Sugar Land, la mayor de ese condado.
«Será una tormenta mortal para las personas que se encuentran directamente en su camino», había dicho el domingo en conferencia de prensa el vicegobernador de Texas, Dan Patrick.
«Créanme, no querrían estar en uno de categoría 1», agregó.
La Casa Blanca dijo que estaba supervisando la situación.
Beryl es el primer huracán de la temporada del Atlántico, que va de principios de junio a finales de noviembre, e impresionó a los expertos por la intensidad que alcanzó.
Científicos creen que el cambio climático, que provoca mayores temperaturas del agua, favorece estas tormentas y aumenta las probabilidades de que se intensifiquen rápidamente.
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