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jueves, noviembre 21, 2024

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EEUU prohíbe sus vuelos civiles a Haití tras disparos contra aviones

Estados Unidos prohibió este martes los vuelos civiles desde el país norteamericano a Haití durante 30 días, horas después de que tres aviones comerciales recibieran disparos en Puerto Príncipe.

Esos incidentes ponen de manifiesto el caos que reina en el país caribeño, devastado por la violencia de las pandillas y sumido en la incertidumbre política con el nombramiento de su segundo primer ministro en cinco meses. 

El regulador aéreo estadounidense tomó la decisión después de que un avión de Spirit Airlines, una aerolínea de bajo costo del país, recibiera tiros cuando aterrizaba en el aeropuerto internacional de la capital haitiana. 

Un miembro de la tripulación sufrió heridas menores tras el tiroteo que dejó varios impactos de bala en la cabina de la aeronave, según imágenes difundidas en redes sociales. 

Otros dos aviones que abandonaron Puerto Príncipe el lunes también fueron alcanzados por balas, indicaron las compañías aéreas estadounidenses afectadas, JetBlue y American Airlines. 

Ambas aerolíneas comprobaron los daños en una revisión posterior a sus aparatos. 

– Un «crimen odioso» –

El consejo presidencial de transición haitiano condenó este martes los disparos a los aviones estadounidenses y los ataques perpetrados contra la población civil en las últimas 48 horas. 

«Este crimen odioso, que amenaza la soberanía y la seguridad de Haití, busca aislar a nuestro país en el escenario internacional», lamentó el órgano en un comunicado, en el que anunció el despliegue de policías y militares alrededor del aeropuerto de Puerto Príncipe. 

Los ataques contra los aviones coinciden con un repunte de la actividad de las pandillas que controlan más del 80% de la capital, así como las principales carreteras del país. 

Varios de esos grupos, que se unieron en febrero para derrocar al impopular primer ministro Ariel Henry, imponen su ley a diario con asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros. 

En Puerto Príncipe, donde hubo tiroteos en varias zonas en las últimas horas, numerosas tiendas y escuelas cerraron sus puertas, y el aeropuerto suspendió sus actividades hasta nuevo aviso. 

Este nuevo estallido violento se produce en plena transición al frente del gobierno haitiano. 

El lunes, el empresario Alix Didier Fils-Aimé asumió el cargo de primer ministro en sustitución de Garry Conille. 

Este último, nombrado hace apenas cinco meses, fue destituido por el consejo presidencial tras semanas de lucha por el control del gobierno. 

– Garantizar la gobernabilidad –

El cambio de primer ministro abre un nuevo periodo de incertidumbre en Haití, que no ha celebrado elecciones desde 2016 y no ha tenido ningún dirigente electo desde el asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021.  

En ese contexto, Estados Unidos pidió este martes a los líderes haitianos «dar prioridad a la gobernabilidad por encima de los intereses personales» de los actores políticos, según declaraciones del portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller. 

El consejo de transición, un grupo de nueve miembros formado en abril mediante un acuerdo de los partidos políticos y la sociedad civil, se comprometió a restablecer el orden en Haití y a liderar el país hasta elecciones en febrero de 2026.

Pero su labor se ha visto empañada por el escándalo de corrupción que afecta a tres de sus integrantes. 

Y las promesas de una mayor seguridad tardan en concretarse, pese al despliegue de una fuerza internacional de apoyo a la policía este verano. 

Esa misión, financiada en gran parte por Washington y liderada por policías kenianos, no ha logrado frenar a las pandillas por el momento.  

Según Stéphane Dujarric, el portavoz del secretario general de Naciones Unidas, «la escalada de violencia está empeorando una situación humanitaria ya de por sí grave» en el país caribeño, de unos 11,6 millones de habitantes.  

Entre enero y junio de 2024, hubo más de 3.600 homicidios y 1.100 secuestros en Haití, indica un informe reciente de la ONU.

La inseguridad obligó a más de 700.000 personas -la mitad de ellas niños- a abandonar sus hogares, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

© Agence France-Presse

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