Entre lágrimas, velas y oraciones, decenas de personas se congregaron en la zona cero del desplome de una discoteca en Santo Domingo la noche del viernes para honrar a los 222 fallecidos en el siniestro.
«Esta ha sido la tragedia más grande que he podido visualizar en los años que tuve. La gente gritaba ‘sáquenme de aquí, que estoy viva. ¡Ayúdenme!'», recuerda Arlenne Matos, de 47 años, una vecina de la zona que oraba entre lágrimas en un altar improvisado frente a los escombros de la discoteca Jet Set.
El techo del popular club nocturno se derrumbó la madrugada del 8 abril durante un concierto del cantante de merengue Rubby Pérez. 222 personas murieron, incluido el artista, según cifras oficiales.
Durante los dos días y medio que duraron las tareas de búsqueda, más de 300 rescatistas hallaron a 189 sobrevivientes.
Matos recuerda que el siniestro provocó un «temblor», una «explosión», pero solo entendió lo que sucedía hasta el amanecer. «Fue demasiado desgarrante», añade.
Varios de sus familiares y conocidos habían asistido a la discoteca pero se retiraron antes de que ocurriera la tragedia. «Dios les dio la oportunidad de que tuvieran vida», dice aliviada.
Caía la tarde del viernes y vehículos se detenían frente al altar. Sus ocupantes observaban la zona del desastre con lágrimas en los ojos. Otros se acercaban a dejar velas blancas, globos negros y blancos, flores y pancartas con mensajes como parte de una vigilia para honrar a las víctimas.
-«Que las autoridades respondan»-
Los familiares de las víctimas se aglomeraban en las morgues y hospitales a la espera de información de las víctimas.
Hasta la tarde del viernes la morgue había realizado 191 autopsias y esperaba finalizar la identificación de todos los fallecidos la madrugada del sábado.
Entre los víctimas mortales están dos exbeisbolistas y una gobernadora dominicana que ya fueron velados. Rubby Pérez recibió sepultura el jueves luego de que se instalara una capilla ardiente en el Teatro Nacional de Santo Domingo a la que acudieron cientos de personas entonando canciones del artista dominicano como «Volveré».
El gobierno anunció una comisión de expertos nacionales y extranjeros para investigar las causas de la tragedia.
«Esperemos que las autoridades respondan porque esto fue una catástrofe muy grande», dice Emma Barba, de 23 años, mientras coloca una pancarta en el altar.
«Flores pintadas para cada ángel arriba. Que el descanso sea eterno, desde aquí los recordaremos y haremos eco de esta gran injusticia que debe ser explicada», reza la pancarta de la joven.
El presidente dominicano, Luis Abinader, se comprometió a buscar «respuestas a qué pasó, por qué pasó, cómo pasó».
Desde el aire puede verse el agujero que dejó el techo colapsado de la discoteca y en el medio máquinas de aire acondicionado y plantas eléctricas.
Una misa se celebrará el domingo en Haina, municipio limítrofe con la capital. Abinader prevé asistir al acto.
También se espera la presencia del alcalde de Nueva York, Eric Adams. «En la ciudad de Nueva York reside la mayor población dominicana fuera de la República Dominicana, y este domingo voy a viajar a la isla», dijo en X
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