Washington, DC.- El gobierno de EE.UU., bajo la administración de Donald Trump, llevó a cabo este martes una migración inusual: la deportación de ocho personas desde Texas hacia Sudán del Sur, en África. Entre ellos, tres migrantes latinoamericanos, quienes formaron parte de ese grupo.
Según explicó Todd Lyons, director interino del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), los migrantes fueron enviados a otro continente debido a que sus países de origen previamente se negaron a aceptarlos. Lyons expresó que ha enfrentado repetidamente esta situación, donde personas que han cometido delitos graves, como homicidio y delitos sexuales, son liberados en EE.UU. porque sus países no los reciben.
Los migrantes de origen latinoamericano deportados incluyen a dos cubanos: José Manuel Rodríguez Quiñones y Enrique Arias Hierro, y a un mexicano, identificado como Jesús Muñoz Gutiérrez.
La Casa Blanca informó en su cuenta de X (antes Twitter) que Rodríguez Quiñones fue detenido por ICE el 30 de abril y tenía antecedentes por intento de asesinato, agresión, hurto y tráfico de cocaína.
Arias Hierro fue arrestado el 2 de mayo en Florida, bajo cargos de homicidio, robo armado, secuestro, allanamiento y suplantación de identidad de funcionario público.
Por su parte, Muñoz Gutiérrez, capturado el 12 de mayo, había sido condenado por asesinato en segundo grado y sentenciado a prisión de por vida.
El Departamento de Seguridad Nacional acusó que los otros migrantes deportados también tenían antecedentes por delitos graves y provenían de países como Laos, Birmania, Vietnam y Sudán del Sur.
En los últimos meses, EE.UU. ha establecido acuerdos con países terceros, como Panamá, Costa Rica y El Salvador, para que reciban vuelos de deportados de distintas nacionalidades. Sin embargo, esta es la primera vez que se confirma públicamente una deportación hacia Sudán del Sur.
