En Rawson, provincia de Buenos Aires, Argentina, ocurrió una curiosa situación el pasado Viernes Santo cuando una familia llamó a la policía para denunciar que sus vecinos estaban cocinando un asado en la parrilla.
Entre las distintas tradiciones en Semana Santa, los católicos no comen carne, y solo pescado en Viernes Santo, por lo que el denunciante se indignó y dijo que sus vecinos iban a comer carne un Viernes Santo, lo que la tradición de la Iglesia Católica prohíbe.
Ante tal situación, los oficiales policiales solo tomaron los datos al asador y se fueron, según publica el medio de ese país La Voz. Sin embargo, el hombre no estuvo conforme con esta acción policial y también llamó al conserje del edificio para quejarse del pecado de sus vecinos.