Un tribunal de apelación estadounidense anuló una sentencia de 2022 que ordenó a cuatro compañías de cruceros pagar indemnizaciones millonarias por utilizar puertos en Cuba que fueron confiscados a su operador privado durante la revolución comunista del país.
Carnival, MSC SA, Royal Caribbean y Norwegian fueron condenadas hace dos años a pagar 109 millones de dólares cada una, más gastos legales, a Havana Docks, una empresa estadounidense que tenía la concesión de lo que hoy es la Terminal de Cruceros de La Habana antes de que ese puerto fuera nacionalizado por el gobierno cubano en 1960.
Sin embargo, el Tribunal de Apelaciones del 11º Circuito dictaminó este martes que Havana Docks no era propietaria de esa instalación, sino titular de una concesión de 99 años que expiró en 2004, por lo que no tenía derecho a recibir compensación por daños y perjuicios.
El uso de los muelles tuvo lugar entre 2016 y 2019, después de que el expresidente Barack Obama suavizara el embargo estadounidense sobre la isla, impuesto desde 1962, para permitir que los cruceros hicieran paradas allí.
Su sucesor, el republicano Donald Trump, revirtió la decisión.
«El limitado interés de propiedad de Havana Docks había expirado» en el momento de la llegada de los cruceros, asegura el fallo judicial.
«Por lo tanto, anulamos las sentencias a favor de Havana Docks y las devolvemos para que se lleven a cabo nuevos procedimientos en cuanto a sus otras reclamaciones contra Carnival», añade.
Las multas se impusieron como parte de una demanda en virtud de una legislación de 1996, la Ley Helms-Burton, que permitía a cualquier estadounidense cuyos activos hubieran sido expropiados por el gobierno de Fidel Castro demandar a quienes se beneficiaran de su uso.
No obstante, los siguientes presidentes estadounidenses habían suspendido la posibilidad de que se presentaran acciones de este tipo, hasta que Trump decidió en 2019 dejar que entrara en vigor.
En la sentencia original de 2022, de un tribunal federal de Florida, la jueza Beth Bloom declaró culpables a las cuatro compañías de cruceros de practicar «turismo prohibido».
Las líneas argumentaron que la administración Obama había autorizado sus viajes a Cuba y que entraban dentro de una excepción de «viaje legal», pero Bloom lo rechazó.
La sentencia de este martes podrá ser apelada de nuevo.
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