Washington, DC.– El reciente encuentro entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos ha sido clave para resolver la tensión generada por la decisión del presidente Gustavo Petro de no aceptar un vuelo con migrantes deportados.
La reunión, en la que participaron altos funcionarios de ambos países, buscó definir mecanismos para implementar acuerdos previos y asegurar el cumplimiento de compromisos bilaterales.
A pesar de la escalada de sanciones por parte de EE.UU., que incluyeron restricciones en visas y aranceles, se logró un acuerdo para reanudar la recepción de deportados, estipulando protocolos estrictos para garantizar los derechos humanos. También se discutió una hoja de ruta para colaborar en áreas cruciales como seguridad y gestión migratoria.
El canciller Murillo enfatizó la importancia del diálogo para superar diferencias y crear una agenda compartida, mientras que el enviado especial Claver-Carone destacó la necesidad de mantener abiertas las líneas de comunicación para evitar futuras tensiones.
Estas medidas son especialmente relevantes dado el contexto de deportaciones masivas y sus implicaciones humanitarias.