La Corte Internacional de Justicia (CIJ), la más alta instancia judicial del sistema de la ONU, desestimó este jueves el pedido presentado por México de medidas provisorias urgentes contra Ecuador por la invasión de su embajada en Quito.
«La Corte considera en forma unánime que las circunstancias, tal como se presentan ahora ante la Corte, no son tales que requieran el ejercicio de su facultad (…) de indicar medidas» provisorias, leyó el presidente del tribunal, el juez Nawaf Salam.
México pidió ante el tribunal con sede en La Haya que se exija con urgencia a Ecuador la protección de los archivos de la embajada invadida, y que permita el desalojo de la sede diplomática y de las residencias privadas de su personal.
Igualmente, pidió que Ecuador se abstenga de cualquier acto que pueda afectar la implementación de las órdenes de la CIJ y de toda «conducta que agrave y amplíe la disputa» entre los dos países.
Los jueces, sin embargo, consideraron que Ecuador ofreció a la Corte garantías por escrito sobre la protección a los archivos y su acuerdo para que personal mexicano desocupe las instalaciones que utilizaba en la capital ecuatoriana.
– Garantías vinculantes-
Así, la CIJ consideró que esas garantías «son vinculantes y crean obligaciones jurídicas para el demandado» [Ecuador].
Por ello, la CIJ «considera que actualmente no existe urgencia, en el sentido de que no existe un riesgo real e inminente de perjuicio irreparable a los derechos reclamados por el solicitante» [México].
No obstante, el fallo leído por el juez Salam enfatizó «la importancia fundamental del principio consagrado en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas».
De acuerdo con la CIJ, «no existe un requisito previo más fundamental para el desarrollo de las relaciones entre Estados que la inviolabilidad de las instalaciones diplomáticas y de las embajadas».
En el próximo paso, los jueces de la CIJ analizarán el mérito de la cuestión, en que México acusa a Ecuador de «violar la legislación internacional».
México también demandó a la CIJ la suspensión de Ecuador de la ONU hasta que presente disculpas por lo ocurrido.
Los representantes de los dos países expresaron satisfacción con la postura del tribunal.
«El gobierno de México se siente muy satisfecho por la orden emitida por la CIJ (…), porque reconoce (…) que la inviabilidad de una misión diplomática es absoluta», dijo al retirarse el agente principal de México, el jurista Alejandro Celorio.
Para Celorio, el hecho de que la CIJ haya considerado vinculantes las garantías ecuatorianas hace que ese país tenga el «compromiso» de proteger las instalaciones diplomáticas mexicanas.
Por su parte, el agente de Ecuador, Andrés Terán Parral, señaló que su país «se mantiene en estas garantías [ofrecidas al tribunal] y da la bienvenida a esta decisión de la CIJ».
En un comunicado divulgado en Quito, la cancillería ecuatoriana señaló que la decisión de la CIJ «confirma el carácter innecesario de la solicitud» presentada por México.
– Asalto y ruptura –
El 5 de abril fuerzas ecuatorianas irrumpieron en la representación diplomática de México y detuvieron al exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas, que estaba asilado.
Al día siguiente, México anunció la ruptura de sus relaciones con Ecuador y la retirada de todo su personal diplomático de ese país.
Los dos países presentaron sus alegatos orales ante la CIJ el 30 de abril y el 1 de mayo.
El detonante de la crisis se gestó a fines de 2023 cuando Glas -vicepresidente durante el gobierno de Rafael Correa-, acusado de malversación de fondos y condenado en un proceso en separado, se refugió en la embajada de México, alegando persecución política.
Luego de un dramático agravamiento de las tensiones, México -un país con una larga tradición de concesión de refugio político- otorgó a Glas la condición de asilado. Pocas horas más tarde, la embajada fue invadida por agentes armados.
Imágenes de video ampliamente divulgadas mostraron a agentes ecuatorianos retirando a rastras a Glas de la misión diplomática.
Ecuador presentó ante la CIJ una demanda contra México por alegado «abuso» de las prerrogativas diplomáticas para proteger a Glas.
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