Antonio «El Diablo» Riaño, un fugitivo buscado por la policía estadounidense desde hace dos décadas, fue arrestado en México, donde se había hecho pasar por agente de policía. Riaño, de 62 años, era buscado por el asesinato de Benjamín Becarra en 2004, en el estado de Ohio.
Las autoridades estadounidenses habían reunido suficientes pruebas para acusar a Riaño, incluyendo imágenes de seguridad que lo mostraban comprando balas antes del crimen y el arma homicida encontrada en su casa. Tras huir a México, Riaño se había integrado a la comunidad, trabajando como policía en Zapotitlán Palmas. Sin embargo, su pasado lo alcanzó gracias a las redes sociales, donde fue identificado por antiguos agentes que trabajaban en el caso.
La captura de Riaño ha sido posible gracias a la colaboración entre las autoridades de Estados Unidos y México. El fugitivo ya ha sido extraditado a Estados Unidos para enfrentar los cargos de asesinato en su contra. A pesar de las evidencias en su contra, Riaño ha negado su culpabilidad.