Ottawa, Canadá.– A partir de las 12:01 de la madrugada del miércoles, Canadá ha comenzado a aplicar aranceles del 25% a ciertos automóviles fabricados en Estados Unidos.
Esta medida es una respuesta directa a los gravámenes impuestos por la Administración del presidente Donald Trump, que desde el 3 de abril aplica aranceles a los automóviles producidos en Canadá que no cumplen con la normativa del tratado de libre comercio T-MEC sobre contenido producido en Norteamérica.
Canadá es el mayor mercado para los vehículos producidos en EE. UU. En 2024, importó automóviles de Estados Unidos por un valor de 35,600 millones de dólares canadienses (equivalentes a 25,000 millones de dólares estadounidenses).
Según las normas del T-MEC, para que un vehículo esté incluido en este tratado, debe cumplir con ciertos requisitos, siendo el más significativo que al menos el 75% del contenido del vehículo debe ser producido en Norteamérica. Los vehículos que no cumplen este parámetro están sujetos a aranceles al ser exportados entre EE. UU., Canadá y México.
Nuevos Gravámenes en Canadá
Hasta este momento, Canadá aplicaba un gravamen del 6.1% a los vehículos que proceden de EE. UU. y que no estaban incluidos en el T-MEC. Marcas como Volkswagen, BMW y Subaru tienen plantas en EE. UU. que producen vehículos con menos del 75% de piezas procedentes de Norteamérica, lo que ahora las hace susceptibles a estos nuevos aranceles.
El ministro de Finanzas de Canadá, François-Philippe Champagne, declaró: “Canadá sigue respondiendo de forma firme a todos los aranceles injustificados y no razonables impuestos por Estados Unidos a los productos canadienses”. Agregó que su Gobierno está “firmemente comprometido a que EE. UU. elimine estos aranceles lo antes posible y protegerá a los trabajadores, empresas, economía e industria de Canadá”.
Escalamiento de la Guerra Comercial
La implementación de estos aranceles a los automóviles es un nuevo capítulo en la guerra comercial iniciada por Trump desde su llegada al poder el 20 de enero. La semana pasada, la administración estadounidense anunció gravámenes globales con un mínimo del 10%, que aumentan al 20% para la Unión Europea y hasta un 104% para China.
