Daytona Beach, Florida – Tras su sorpresiva aparición al Super Bowl, el presidente de Estados Unidos Donald Trump irrumpió en otro ícono de la cultura estadounidense: la emblemática carrera Daytona 500 de la serie NASCAR.
En un estilo que lo caracteriza, Trump llegó en un Air Force One que realizó un sobrevuelo sobre el Daytona International Speedway.
Al llegar, Trump fue transportado en su caravana oficial hasta el circuito, recibiendo una cálida bienvenida que incluyó ovaciones del público.
La limusina presidencial, conocida como “La Bestia”, dio varias vueltas a la pista entre los autos participantes, marcando un momento inusual en la historia de la competencia.
Previo a la carrera, Trump destacó el papel del Daytona 500 como un símbolo de los valores estadounidenses. “Es un tributo intemporal a la velocidad, la fuerza y el espíritu inquebrantable que hacen grande a Estados Unidos”, comentó.