MÉXICO.- La festividad más emblemática de México, el Día de Muertos, arrancó este viernes de madrugada en el pintoresco barrio de Xochimilco, en la capital mexicana, en la que los colores y olores tradicionales de estas fechas se mezclan en una especial simbiosis con la colocación del altar de San Gregorio.
Las típicas flores cempasúchil, con su característico toque anaranjado, inundan el cementerio de San Gregorio de Atlapulco, donde la comunidad se reúne desde la tarde del jueves para recordar y honrar a sus seres queridos entre música, cánticos, dulces como el pan de muerto o simplemente en reflexivo silencio.
La festividad inició con una primera jornada dedicada al recuerdo de los niños fallecidos, antes de que en la noche del viernes 1 al sábado 2 se pase a honrar a los mayores, y es por eso que en esta primera fase sea habitual escuchar canciones infantiles o ver juguetes en los altares.
Cientos de familias se agruparon en torno a las tumbas de sus fallecidos, engalanadas para la ocasión y cuidadas hasta el extremo, y desde allí las lágrimas y la emoción se entremezclaron con risas y festejos, generando un clima especial en el que no faltó la comida ni la bebida para pasar los rigores de la noche. Se trata sin duda del festejo mexicano más conocido a nivel internacional, así lo atestiguan el éxito de películas como ‘Coco’, y para muchos nacionales es además el día más importante y bonito del año, como es el caso de Christopher Barrientos.
«Para mí es una fecha muy importante porque nos volvemos a reencontrar con nuestros seres queridos, ya sea familia, como puedes notarlo (señala la tumba de sus hermanos), con nuestras mascotas que han llegado a ser familia para muchos, para amigos», compartió Barrientos.
Él ha venido junto a su hermana para honrar a sus hermanos que no llegó a conocer y mañana vendrá a hacer lo propio con sus abuelos, tradición que le inculcaron desde pequeño.
Y es que como en Xochimilco, eventos así se multiplican por todas partes a lo largo del territorio mexicano, en cada región, cada ciudad e incluso cada barrio, a su manera y forma tradicional, pero con un mismo trasfondo, que la memoria de sus antepasados no caiga en el olvido.