Ambientalistas de una zona de Honduras donde fue asesinado en septiembre el activista Juan López pidieron este jueves protección para ellos y exigieron la clausura de una mina a cielo abierto.
López, quien impulsaba una campaña contra esta mina situada en un área protegida, fue asesinado a tiros el 14 de septiembre en el municipio de Tocoa, 220 km al noreste de Tegucigalpa, en un hecho condenado por la ONU y por el papa Francisco.
«Exigimos (…) la demolición de las obras construidas por [la minera] Pinares/Ekotec en la zona protegida para proceder a la restauración del equilibrio ecológico», dijo el Comité Municipal de los Bienes Comunes y Públicos, una organización ambientalista de Tocoa, en un comunicado.
El Comité también pidió «la debida protección por parte del Estado de Honduras» para los ambientalistas.
Unos 30 integrantes del Comité llegaron este jueves a Tegucigalpa para asistir a la audiencia inicial de un juicio contra los directivos de la minera, que fue cancelada.
El 24 de septiembre la fiscalía acusó a 13 ejecutivos de la mina por supuestos «delitos ambientales».
La abogada Rita Romero, de la organización ambientalista, dijo a la AFP que las autoridades tienen que «derribar toda la infraestructura construida en esa zona protegida» por la minera.
El portavoz de la fiscalía, Yuri Mora, explicó a la AFP que la clausura de la mina requiere «un proceso judicial», pero agregó que la producción «está detenida».
Según el Comité, la empresa tiene maquinaria, incluida una trituradora de rocas con óxido de hierro que extrae de la mina y está instalando una generadora termoeléctrica.
La organización exigió también que la fiscalía «continúe la investigación y persecución» de los asesinos de López, incluidos «los autores intelectuales». Tres supuestos autores materiales del crimen están detenidos desde inicios de octubre.
El activista y concejal Leonel George indicó que los líderes de las comunidades cercanas están atemorizados y necesitan protección.
«Hay amenazas constantes, vehículos sin placa y tipos en motocicletas que nos han dado seguimiento (…), hay hostigamiento», aseguró George a la AFP.
El crimen de López evocó el caso de la reconocida ambientalista Berta Cáceres, asesinada en 2016 en Honduras, uno de los países más letales para los activistas por el medioambiente, según la ONG Global Witness.
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