Profesionales de la salud en Estados Unidos han emitido una seria advertencia sobre la creciente presencia en las calles de la medetomidina, un potente sedante de uso veterinario que ha ganado popularidad en el último año.
El doctor Michael Lynch, director médico de servicios de calidad y abuso de sustancias del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, señaló a CBS que esta sustancia podría estar contaminando entre la mitad y las tres cuartas partes del suministro de drogas ilícitas en el país.
Este fármaco, comúnmente empleado para tranquilizar y aliviar el dolor en animales como perros y gatos, se estima que es 200 veces más potente que la xilacina, su predecesora en el mercado ilegal. Su consumo en humanos provoca una sedación prolongada, confusión, alteraciones en el ritmo cardíaco, aumento de la presión arterial y cambios en el estado mental. Los efectos a largo plazo de su uso en personas, especialmente si es inyectado, aún son desconocidos para la comunidad médica.
El doctor Lynch también destacó que la aparición de la medetomidina ha tomado desprevenidos a los especialistas en salud. La severidad y la rápida progresión de sus efectos, así como su falta de respuesta a los tratamientos convencionales para el síndrome de abstinencia de otras sustancias como el alcohol, los opiáceos o las benzodiacepinas, han obligado a los profesionales a ajustar y adaptar sus protocolos de atención.
Por su parte, Joshua Shulman, director médico del Centro de Toxicología de Pittsburgh, describió el síndrome de abstinencia provocado por la medetomidina como «complicado, agresivo y difícil de tratar», calificándolo como «peor de lo que habíamos visto nunca».
La doctora Raagini Jawa, especialista en enfermedades infecciosas y medicina de la adicción del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, explicó que la droga se comercializa en bolsas que pueden contener hasta nueve sustancias diferentes mezcladas con la medetomidina, incluyendo fentanilo, lidocaína y heroína.