En un paso decisivo hacia la preservación del medioambiente, el gobernador de California Gavin Newsom firmó una nueva ley que prohíbe la venta de bolsas de plástico diseñadas para ser reutilizables y reciclables en supermercados y tiendas de todo el estado.
Esta legislación, que entrará en vigor en 2026, busca abordar la creciente preocupación sobre la contaminación plástica y reforzar el compromiso de California con el medio ambiente.
La medida fue aprobada por los legisladores el mes pasado y se basa en un estudio estatal que reveló el alarmante aumento en el desperdicio de bolsas de plástico: de 8 libras por persona al año en 2004 a 11 libras en 2021. La senadora estatal Catherine Blakespear, defensora principal del proyecto, subrayó que la mayoría de los consumidores no estaban reutilizando ni reciclando estas bolsas, lo que llevó a un llamado a una prohibición más estricta. “Estamos ahogando nuestro planeta con desechos plásticos”, afirmó Blakespear.
A partir de noviembre, los consumidores que no lleven sus propias bolsas serán ofrecidas alternativas de papel en los puntos de venta. La organización ambiental Oceana celebró la firma de la ley y destacó que esta acción protegerá las costas y la vida marina de California.
«Esta nueva prohibición da un paso firme hacia la erradicación de las bolsas de plástico de un solo uso, posicionando a California como un líder en la lucha contra la crisis global de contaminación plástica», indicó Christy Leavitt, directora de la campaña de plásticos de Oceana.
Con esta normativa, California se une a otros 12 estados que ya han implementado regulaciones similares, siendo pionero en la prohibición de bolsas de plástico desde 2014. El Grupo de Investigación de Interés Público de California aplaudió la nueva ley, señalando que ahora sí se alinea con la intención original de la legislación de 2016.
El compromiso de California con la protección del medio ambiente también se refleja en las acciones de otros países de América Latina. Desde 2020, México ha implementado medidas similares, exigiendo a los consumidores que lleven sus propias bolsas de tela en los supermercados, como parte de un esfuerzo global para combatir la contaminación por plásticos desechables.
