CDMX, México.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó este martes sus condolencias y respaldo a la familia de Miguel Ángel García Hernández, el ciudadano mexicano que murió tras ser víctima de un tiroteo ocurrido la semana pasada frente a una instalación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dallas, Texas.
Durante una conferencia de prensa, Sheinbaum informó que se realizaron gestiones para que la madre del fallecido pudiera viajar a Estados Unidos, y aseguró que el gobierno mantiene contacto directo con sus familiares. “Estamos brindando apoyo económico, emocional y legal. Si la familia decide presentar una denuncia, los acompañaremos en todo el proceso”, señaló la mandataria, sin especificar el tipo de acción legal que podría emprenderse.
La presidenta también recordó que México ha emitido comunicaciones diplomáticas en casos similares, exigiendo investigaciones exhaustivas cuando se vulneran los derechos de migrantes en territorio estadounidense. “A través de los consulados, ofrecemos asistencia jurídica y protección consular en caso de violaciones”, explicó.
Sheinbaum reiteró su postura crítica frente a las políticas migratorias de Estados Unidos, subrayando que aunque la seguridad de los mexicanos en ese país recae en las autoridades locales, su gobierno interviene en defensa de sus ciudadanos en el exterior. “Cuando hay agresiones, actuamos en todos los foros disponibles para proteger a nuestros connacionales”, afirmó.
El ataque en Dallas
El tiroteo ocurrió el 24 de septiembre, cuando Joshua Jahn, de 29 años, abrió fuego desde el techo de un edificio frente a una sede de ICE en Dallas. El agresor disparó de forma indiscriminada antes de quitarse la vida. El ataque dejó tres víctimas: Norlan Guzmán Fuentes, un salvadoreño de 37 años que murió en el lugar; Miguel Ángel García Hernández, quien falleció seis días después; y un tercer hombre que permanece hospitalizado.
García Hernández, de 32 años, residía en Estados Unidos desde los 13 y trabajaba como pintor. En agosto fue detenido por presunta conducción bajo los efectos del alcohol y posteriormente trasladado a ICE para enfrentar un proceso de deportación.
Tras el incidente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atribuyó la violencia a la oposición política, señalando que las críticas hacia ICE por parte de sectores demócratas han contribuido a un clima hostil. No presentó evidencia que respaldara sus declaraciones.
La sede de ICE en Dallas reabrirá esta semana bajo medidas de seguridad reforzadas.