Caracas, Venezuela.- En un contexto de creciente tensión diplomática con Estados Unidos, el gobierno venezolano llevó a cabo este sábado una jornada de adiestramiento militar en zonas populares de Caracas, dirigida a civiles voluntarios que buscan prepararse ante una eventual agresión extranjera.
La actividad se desarrolló en la avenida principal de Petare, donde efectivos del Ejército instruyeron a ciudadanos en el manejo de armamento. Entre los participantes se encontraba Luzbi Monterola, residente de la comuna Argelia Laya, quien expresó: “Vengo a aprender para poder defender lo que realmente me importa, que es mi patria, mi tierra, mi nación, Venezuela. No le tengo miedo a nada ni a nadie”.
La movilización forma parte de una estrategia ordenada por el presidente Nicolás Maduro, quien la semana pasada convocó a miles de voluntarios a los cuarteles para recibir formación militar. En esta nueva fase, los entrenamientos se trasladaron a los barrios, aunque con menor participación: se desplegaron unos 25 vehículos blindados en distintos puntos de la capital para reunirse con pequeños grupos de civiles.
El ejercicio se realizó en paralelo a nuevas declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, quien advirtió que Venezuela enfrentará “consecuencias incalculables” si se niega a recibir a los migrantes deportados desde territorio norteamericano. La amenaza se suma a una serie de acciones recientes por parte de Washington, incluyendo el despliegue de ocho buques de guerra en el Caribe hace casi un mes, con el argumento de combatir el narcotráfico.
Según reportes oficiales, al menos tres embarcaciones presuntamente vinculadas al tráfico de drogas fueron destruidas en aguas cercanas a Venezuela, en operaciones que dejaron un saldo de 14 fallecidos. Caracas ha denunciado que estas maniobras forman parte de un plan de “cambio de régimen” impulsado por Estados Unidos, con el objetivo de controlar los recursos naturales del país.
A pesar de que ambos gobiernos rompieron relaciones diplomáticas en 2019, el proceso de repatriación de migrantes se mantiene como uno de los pocos canales de comunicación activos entre Caracas y Washington.