Caio Bonfim perdió un oro, pero ganó otro: el marchador brasileño reveló tras proclamarse campeón del mundo de 20 kilómetros marcha que durante la carrera perdió su anillo de boda.
«He perdido mi anillo de boda en el tercer kilómetro. Creo que a mi esposa no le importará porque he ganado la medalla de oro», reía Bonfim tras su victoria de este sábado en Tokio.
«Ella siempre ha creído en mí. Después de ganar la plata en los 35 km [el sábado de la pasada semana], ella me dijo que creyera, que iba a conseguir el oro», apuntó.
Bonfim protagonizó una gran remontada en los últimos dos kilómetros, pero admitió que no sabía que se había puesto en cabeza cuando adelantó al chino Zhaozhao Wang y al español Paul McGrath.
«Les superé, pero pensaba que iba segundo. Ahí solo pensaba en conseguir otra medalla, sin saber que iba a ser la de oro», señaló.
Bonfim, a sus 34 años, consigue su cuarta medalla mundial y la primera de oro, un año después de haber sido plata olímpica en los 20 kilómetros de París 2024.
«Es un honor formar parte de la misma generación que Alison Dos Santos [plata mundial el viernes en 400 metros vallas]».
Bonfim no podía evitar emocionarse al recordar a su familia.
«El mayor de mis tres hijos, Miguel, me dijo que me echaba de menos. Le dije que una victoria valdría el esfuerzo. Estoy aquí por mi familia, no podía dejar de pensar en mis tres hijos en las últimas dos vueltas. He ganado por ellos y por mi país, Brasil», aseguró.
También tuvo palabras de reconocimiento en el momento más importante de su carrera para la mujer que le inició en la marcha, su madre Gianette, que en su día compitió en esta disciplina.
«Ha sido especial poder abrazar a mi madre después de cruzar la meta. He crecido en un entorno ligado a la marcha atlética y ella ha sido muy importante en mi carrera», subrayó.
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