El defensa Jérôme Boateng, campeón del mundo con Alemania en 2014, recordado también por sufrir un regate de Lionel Messi que se viralizó, anunció su retirada como profesional a los 37 años.
«He jugado mucho tiempo, para grandes clubes, para mi país. He aprendido, ganado, perdido y crecí a partir de todo ello. El fútbol me ha dado mucho, ahora es momento de pasar a otra cosa», explicó el jugador en un video de adiós de poco más de un minuto en su cuenta en Instagram.
Nacido en Berlín, Boateng se formó en el Hertha y fichó por el Bayern de Múnich en 2011, tras haber pasado por Hamburgo y Manchester City.
Defensor central, pasó una década en el gigante bávaro, ganando nueve veces la Bundesliga, cinco la copa alemana y dos la Liga de Campeones de Europa (2013 y 2020).
Ya en sus últimos años, pasó por Lyon (Francia), Salernitana (Italia) y Linz (Austria).
Con la camiseta de la Mannschaft disputó 76 partidos y su mayor éxito fue la conquista de la Copa del Mundo en 2014 en Brasil, además de jugar las semifinales en la edición de 2010 y de las Eurocopas de 2012 y 2016.
Más allá de sus éxitos deportivos, Boateng también fue protagonista involuntario de una de las acciones más recordadas de Messi.
En el minuto 80 de la ida de semifinales de la Liga de Campeones entre el Barcelona y el Bayern, en mayo de 2015, el entonces delantero azulgrana encaró al alemán en la frontal del área y con un gran quiebre sentó al defensa antes de anotar el segundo gol del partido (3-0).
El Barça ganaría aquella Champions, la última hasta ahora tanto de Messi como del club azulgrana.
Pero la jugada del 10 y la manera como cayó Boateng al suelo se convirtió en un meme y rápidamente se viralizaron las imágenes.
«Me encantaría verles a ustedes defendiendo contra Messi. Seguro que lo pasarían peor que yo», comentó más tarde al ser preguntado por la jugada.
En los últimos años, Boateng también dio que hablar fuera de los terrenos de juego, con un proceso por violencia doméstica contra su exmujer en el verano de 2018 que acabó con una advertencia y una multa de 200.000 euros (unos 235.000 dólares) a pagar en caso de reincidencia.
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