El presidente de Estados Unidos Donald Trump elogió el jueves el «vínculo inquebrantable» de su país con Reino Unido, mientras firmaba junto al primer ministro británico Keir Starmer un importante acuerdo tecnológico en el último día de su visita oficial.
Tras la fastuosa recepción de la familia real británica en el castillo de Windsor el miércoles, Trump se reunió este jueves con Starmer para abordar las relaciones comerciales o los conflictos en Ucrania y Gaza.
El encuentro tuvo lugar en Chequers, a 70 km de Londres, en la residencia campestre del mandatario británico.
En la ceremonia de firma del acuerdo tecnológico, a la que asistieron numerosos directores ejecutivos de empresas tecnológicas estadounidenses, el líder laborista británico afirmó que tanto él como Trump son «líderes que genuinamente se agradan mutuamente».
«Es el mayor paquete de inversión de este tipo en la historia del Reino Unido, por mucho», añadió.
Por su parte, Trump comentó que el acuerdo es «muy importante» y añadió que Estados Unidos y el Reino Unido, su principal aliado en la OTAN, guardan «un vínculo inquebrantable (…), independientemente de lo que estemos haciendo hoy».
«Estados Unidos y nuestros aliados británicos dominarán el futuro de la inteligencia artificial», añadió el republicano.
La firma llega tras las promesas de inversión por 205.000 millones de dólares en Reino Unido formuladas por gigantes estadounidenses como Microsoft, Google y Blackstone.
El laboratorio farmacéutico británico GSK, por su parte, tiene la intención de invertir también 30.000 millones de dólares en cinco años al otro lado del Atlántico, para agrado de Trump, quien está presionando a los gigantes del sector para que inviertan en Estados Unidos.
Poco antes, los dos dirigentes mantuvieron una reunión bilateral sobre temas diplomáticos delicados, desde Ucrania hasta Gaza.
Donald Trump fue agasajado el miércoles por la monarquía británica con un suntuoso banquete en el castillo de Windsor, en el primer día de la visita de Estado del presidente estadounidense a Reino Unido, lejos de Londres y de las manifestaciones en su contra. ACTUALIZACIÓN (Duración: 00:02:26)
– Un «gran caballero» –
Conociendo la admiración de Trump por Winston Churchill, Starmer hizo que el presidente estadounidense descubriera archivos pertenecientes al ex primer ministro británico.
Antes de desplazarse en helicóptero a Chequers desde el castillo de Windsor, donde Trump y su esposa Melania se alojaron dos noches, el presidente estadounidense se despidió de Carlos III, a quien describió como un «gran rey» y un «gran caballero».
En su segunda visita oficial al Reino Unido, algo que nunca hicieron sus predecesores, Trump no pisará la capital británica, donde el miércoles unas 5.000 personas protestaron contra su política migratoria o el apoyo que brinda su administración a Israel.
Aunque alejado ideológicamente del magnate, el dirigente laborista se ha intentado erigir en puente entre el líder estadounidense y sus aliados europeos, especialmente en lo referente a la guerra en Ucrania.
Según el diario The Times, Starmer aplazó al fin de semana el anuncio del reconocimiento del Estado de Palestina durante la Asamblea General de la ONU de la próxima semana, con el objetivo de evitar divergencias públicas con Trump durante estos días.

El presidente Donald Trump (izq) y el primer ministro Keir Starmer se dan la mano durante el acto de firma de un acuerdo económico, el 18 de septiembre de 2025 en Aylesbury, en el centro de Inglaterra
– Pomposa recepción –
En la víspera, Reino Unido desplegó toda su pompa en el castillo de Windsor para agasajar al mandatario estadounidense, que siempre se ha declarado gran admirador de la familia real.
El rey Carlos III recibió a Trump con salvas de cañón, una procesión en carruaje y una ceremonia militar en la que el dirigente republicano pasó revista a una guardia de honor.
Por la noche, en un fastuoso banquete real con 160 invitados, el monarca alabó «el compromiso personal» de Trump para poner fin a varios conflictos en el mundo.
El inicio de la visita había quedado empañado por unos manifestantes que proyectaron el martes por la noche imágenes del criminal sexual Jeffrey Epstein en una torre del castillo de Windsor.
El caso Epstein lleva semanas corroyendo la presidencia de Trump, que era amigo del financiero fallecido en prisión en 2019, y salpican también al gobierno de Starmer.
El primer ministro británico se vio forzado a destituir la semana pasada a su embajador en Washington, Peter Mandelson, por su estrecha amistad con Epstein, apenas un año después de nombrarlo para reforzar su relación con la Casa Blanca.
La visita de Trump y la primera dama Melania, que se quedó el jueves en la mañana en Windsor, terminará al fin de la tarde, cuando emprenderán su vuelo de regreso a Washington.
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