Nashville Noticias.- Este lunes se conmemora en Estados Unidos el Día del Trabajo, conocido como Labor Day, una festividad nacional que se celebra cada primer lunes de septiembre y que este año coincide con el 1 de septiembre. Aunque para muchos representa el cierre del verano y el inicio del ciclo escolar, su origen está profundamente ligado a las reivindicaciones laborales del siglo XIX.
Según el Departamento del Trabajo, la idea de establecer un día festivo para honrar a los trabajadores surgió a finales del siglo XIX, impulsada por sindicatos y activistas que exigían mejores condiciones laborales. Entre sus principales demandas estaba la jornada laboral de ocho horas, una conquista histórica que hoy se considera un derecho básico.
El primer Día del Trabajo se celebró el 5 de septiembre de 1882 en Nueva York, organizado por la Central Labor Union. Aunque no era una festividad oficial, el evento marcó el inicio de un movimiento que se expandió rápidamente. En los años siguientes, varias ciudades y estados comenzaron a adoptar la celebración mediante ordenanzas locales.
Oregon fue el primer estado en aprobar oficialmente el feriado el 21 de febrero de 1887, seguido ese mismo año por Colorado, Massachusetts, Nueva Jersey y Nueva York. Para 1894, ya 23 estados lo reconocían, lo que llevó al Congreso a aprobar una ley el 28 de junio de ese año que lo convirtió en feriado nacional, fijando su celebración el primer lunes de septiembre.
¿Quién lo propuso primero?
El origen exacto de la propuesta sigue siendo motivo de debate. Dos figuras destacan como posibles impulsores:
- Peter J. McGuire, secretario general de la Hermandad de Carpinteros y cofundador de la Federación Estadounidense del Trabajo, quien en 1882 sugirió dedicar un día a la clase trabajadora.
- Matthew Maguire, maquinista y secretario del Sindicato Central del Trabajo en Nueva York, también habría propuesto la idea ese mismo año.
Ambos participaron en el primer desfile del Día del Trabajo, y aunque no hay consenso sobre quién fue el verdadero autor, su legado permanece como símbolo de las luchas obreras que transformaron el panorama laboral estadounidense.
