Baltimore, Maryland— El ciudadano salvadoreño Kilmar Ábrego García deberá presentarse este lunes ante las autoridades migratorias en Maryland, en un momento clave de su prolongada batalla legal por permanecer en Estados Unidos.
El gobierno del presidente Donald Trump ha reiterado su intención de deportarlo, convirtiendo su caso en un símbolo de las tensiones actuales en torno a la política migratoria.
Ábrego García, de 30 años, fue liberado recientemente de un centro de detención en Tennessee, donde permanecía desde junio tras haber sido devuelto a EE. UU. por orden judicial, luego de una deportación errónea a El Salvador. Su regreso se produjo tras la confirmación de que enfrentaba riesgos de violencia en su país natal, según determinación previa de un juez.
Ahora, las autoridades migratorias contemplan enviarlo a Uganda, país que ha aceptado recibir ciertos deportados estadounidenses. Esta medida surge después de que Ábrego rechazara una propuesta para ser trasladado a Costa Rica a cambio de declararse culpable de cargos relacionados con tráfico de personas.
De acuerdo con sus abogados, el gobierno le ha dado plazo hasta la mañana del lunes para aceptar el acuerdo. De lo contrario, la oferta será retirada de forma definitiva. Los defensores legales no han confirmado si Ábrego García está considerando esa opción.
El viernes, Ábrego se reunió con su familia en Maryland, en un emotivo encuentro captado en video por activistas. La habitación estaba decorada con flores, carteles y serpentinas, y el joven agradeció a sus seres queridos “por todo”.
Documentos judiciales indican que Costa Rica estaría dispuesto a recibirlo como inmigrante legal sin imponer detención. Sin embargo, el Departamento de Justicia sostiene que los cargos en su contra representan una amenaza seria. “Sea que se declare culpable o enfrente juicio, haremos que rinda cuentas”, afirmó el portavoz Chad Gilmartin.
El caso se remonta a una parada de tráfico en Tennessee en 2022, cuando Ábrego conducía con nueve pasajeros. Aunque los agentes expresaron sospechas de tráfico de personas, lo dejaron continuar con una advertencia. Posteriormente, fue acusado formalmente tras su retorno a EE. UU.
Ábrego García ha vivido en Maryland durante años, junto a su esposa e hijos estadounidenses. Aunque fue considerado elegible para libertad condicional antes del juicio, sus abogados solicitaron que permaneciera detenido por temor a una deportación inmediata.
Un fallo reciente en Maryland exige que ICE notifique con al menos 72 horas de antelación antes de ejecutar una deportación, para permitir que el afectado prepare su defensa. Un correo enviado por ICE el viernes por la tarde confirma que Ábrego no será expulsado a Uganda antes de que ese plazo se cumpla.
Las autoridades federales argumentan que Ábrego puede ser deportado por haber ingresado ilegalmente al país y por una orden de expulsión emitida en 2019, aunque no hacia El Salvador.