Internacionales.- El Kremlin se mostró desafiante ante el ultimátum del presidente estadounidense Donald Trump, quien dio a Rusia un plazo de diez días para poner fin al conflicto en Ucrania o enfrentar nuevas sanciones económicas. Moscú respondió con firmeza, asegurando que su economía ya ha aprendido a convivir bajo presión internacional.
Dmitri Peskov, portavoz presidencial, declaró en rueda de prensa que “la economía rusa ha desarrollado cierta inmunidad” frente a las restricciones impuestas en los últimos años. “Llevamos mucho tiempo viviendo bajo un gran número de sanciones”, subrayó, minimizando el impacto de las posibles nuevas medidas.
El Senado ruso cuestiona la estrategia estadounidense
Valentina Matviyenko, presidenta del Senado, calificó los ultimátums de Washington como ineficaces y criticó directamente a Kiev por entorpecer los diálogos de paz. Según Matviyenko, es Ucrania quien obstaculiza el avance hacia una solución negociada.
Aunque el presidente Vladímir Putin no se ha pronunciado sobre el ultimátum, Trump fijó el 8 de agosto como fecha límite para alcanzar un acuerdo. En caso contrario, Estados Unidos impondría nuevos aranceles y sanciones secundarias que afectarían a los compradores de petróleo ruso. No obstante, el propio Trump admitió dudas sobre la efectividad de estas acciones.
María Zajárova, portavoz del Ministerio de Exteriores, calificó las advertencias de Trump como poco productivas. Afirmó que las sanciones ya forman parte de la “rutina” rusa y que el país ha adoptado medidas para resistirlas e incluso sacarles provecho.
