Washington, DC.- La Corte Suprema autorizó este lunes al gobierno del presidente Donald Trump a continuar con las deportaciones de migrantes a países terceros, como Sudán del Sur y El Salvador, reforzando así su política de expulsiones masivas.
La decisión, tomada sin una firma formal, revocó un fallo anterior del juez federal Brian Murphy de Massachusetts, quien había bloqueado la deportación de ocho migrantes por temor a que pudieran ser sometidos a torturas o tratos inhumanos en países con altos niveles de violencia.
La corte permitió que el gobierno prosiguiera con la expulsión de personas originarias de Cuba, México, Laos, Vietnam y Birmania, aunque solo uno de los afectados es sudanés. Según argumentó el Ejecutivo ante la Corte, algunos de los deportados habían cometido delitos graves y los países de origen se negaron a recibirlos, lo que motivó su transferencia a terceros estados.
Los ocho migrantes estaban desde hace semanas en una base militar en Yibuti, junto a once agentes migratorios. La administración alegó que tanto los migrantes como los funcionarios estaban en riesgo de ataques desde Yemen y enfrentaban condiciones insalubres, lo que aceleró la decisión del Tribunal Supremo.
Entre los destinos previstos se encuentra Sudán del Sur, un país en guerra que el Departamento de Estado recomienda no visitar. En mayo, Estados Unidos evacuó a parte de su personal diplomático en la región por motivos de seguridad.
Pese a ello, la Casa Blanca sostuvo que el riesgo de mantener a los migrantes en Yibuti era mayor que el que implicaba proceder con las expulsiones.
La resolución también mantiene abierto el acuerdo con El Salvador, país que ha recibido más de 200 migrantes enviados desde Estados Unidos.
