Washington, DC.- Este martes, la administración de Donald Trump reafirmó su decisión de no facilitar el regreso de Kilmar Ábrego García, un salvadoreño que fue deportado por error y actualmente está recluido en una prisión de máxima seguridad en El Salvador, a pesar de contar con una orden judicial que impedía su expulsión del país.
La administración estadounidense argumentó que Ábrego “debe enfrentar la justicia de su país” y defendió el uso de la ley de Enemigos Extranjeros, una norma de 1798, para justificar la deportación masiva llevada a cabo el pasado 15 de marzo. En dicha operación, 238 venezolanos y 23 salvadoreños fueron enviados a cárceles en sus naciones de origen, incluyendo a Ábrego García, a pesar de que un tribunal estadounidense había emitido una orden que protegía su permanencia en EE.UU.
Durante una conferencia de prensa, la portavoz presidencial Karoline Leavitt calificó a Ábrego como un terrorista extranjero y miembro de la pandilla MS-13, acusándolo de estar implicado en redes de trata de personas. “Ingresó ilegalmente en nuestro país y deportarlo siempre iba a ser el desenlace”, afirmó la funcionaria, quien subrayó que no podrá regresar a vivir a Maryland, donde residía anteriormente.