Las aguas de un arroyo del gigantesco conurbano de Buenos Aires bajaron este jueves teñidas de un intenso color rojo, lo que generó preocupación entre los vecinos del municipio de Avellaneda, a 10 kilómetros del centro de la capital argentina.
«No hace falta ser inspector para darte cuenta de la contaminación que está sufriendo este pobre arroyo Sarandí», dijo a la AFP María Ducomls (52), ama de casa que vive en la zona hace más de 30 años, que aseguró que el curso de agua «parecía un arroyo de sangre».
El Ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires emitió un comunicado en el que detalló que se tomaron muestras de agua para determinar qué sustancia provoca la coloración, que a final de la tarde se había diluido y perdido intensidad, según pudo ver la AFP.
«Se estima que podría ser algún tipo de colorante orgánico», dice el parte oficial.
La coloración del arroyo, que atraviesa una zona de fábricas textiles y de tratamiento de pieles ubicada a menos de 10 kilómetros del centro de la Ciudad de Buenos Aires, generó preocupación entre los vecinos.
Ducomls señaló que su familia se había despertado temprano por «el olor» y apuntó contra una empresa de «tratamiento de residuos especiales y peligrosos» ubicada en las inmediaciones.
La vecina aseguró que son «las industrias (de la zona) las que tiran desechos al arroyo», pero que aunque realizan denuncias «nadie vino a dar una explicación».
Además, planteó que no es la primera vez que el arroyo aparece teñido: «Lo hemos visto azulado, medio verde, rosa, medio lila, con grasa encima que parece aceite».
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