MÉXICO.- El Senado mexicano aprobó una reforma constitucional que prohíbe el uso, consumo y comercialización de vapeadores, cigarros electrónicos y dispositivos similares, bajo el argumento de proteger la salud pública.
Sin embargo, la medida ha desatado un intenso debate entre quienes respaldan la iniciativa y quienes consideran que esta decisión afectará las libertades individuales y fomentará el mercado negro.
Según datos de la Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), los vapeadores contienen sustancias no declaradas que pueden ser tóxicas, incluyendo compuestos asociados con cáncer y problemas neurológicos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también advierte que su uso pone en riesgo a millones de personas, especialmente a jóvenes. El gobierno ha señalado diversos motivos relacionados con la salud pública, especialmente entre menores de edad.
Datos oficiales indican que la edad promedio de uso de vapeadores ha bajado de 14 a 12 años, según el senador Jorge Carlos Ramírez Marín. Además, Rosa Guadalupe Ortega, diputada de Morena, advierte que estos dispositivos contienen más de 80 sustancias dañinas, incluyendo metales pesados y partículas cancerígenas.
Entre los riesgos para la salud mencionados por las autoridades se incluyen:
Cáncer de pulmón, laringe y esófago.
Adicción y trastornos en el ritmo cardíaco.
Daños irreversibles al sistema nervioso.
Irritación severa en ojos y nariz.
El gobierno también argumenta que la prohibición busca proteger el derecho constitucional a la salud, especialmente entre los sectores más jóvenes de la población.