Las autoridades de Nueva York han confirmado que los restos óseos encontrados el mes pasado cerca de un estanque en Troy corresponden a Amanda King, una mujer de 27 años desaparecida desde 2013. La identificación se logró gracias a pruebas de ADN.
King, residente de Bethlehem, desapareció misteriosamente en octubre de 2013 tras abandonar un centro de rehabilitación en Glenville. A pesar de múltiples búsquedas y avistamientos no confirmados, no se había encontrado ningún rastro de ella hasta el descubrimiento de sus restos en la reserva de Burden Pond, el pasado 20 de octubre.
Las circunstancias que rodearon la desaparición y muerte de King aún son un misterio. Las autoridades investigan activamente para determinar qué ocurrió en esos 11 años y cómo sus restos terminaron en ese lugar.
Es importante destacar que el hallazgo de cadáveres, completos o en partes, en lugares públicos de Nueva York y sus alrededores es un evento desafortunado pero no inusual. Sin embargo, el tiempo que transcurre hasta la identificación de las víctimas puede variar considerablemente, dependiendo de las circunstancias de cada caso.
La familia de Amanda King, que esta semana hubiera cumplido 38 años, espera que las investigaciones arrojen luz sobre este trágico suceso y les proporcionen las respuestas que tanto anhelan.