San José, Costa Rica.- Este lunes, las autoridades costarricenses confirmaron la trágica pérdida de tres vidas y la desaparición de cinco personas como resultado de intensas lluvias e inundaciones en las provincias de Guanacaste y Puntarenas, ubicadas en la costa del Pacífico.
Dyanne Marenco, presidenta de la Cruz Roja Costarricense, presentó un informe sobre la situación actual y las operaciones de respuesta a la emergencia. Marenco destacó que, en las últimas dos semanas, el país ha enfrentado graves adversidades climáticas que han impactado profundamente a las comunidades afectadas.
“A pesar de la reducción en la intensidad de las lluvias, las labores de rescate y la asistencia humanitaria para las personas damnificadas continúan en marcha”, aseguró Marenco, enfatizando la importancia de mantener el apoyo a las comunidades vulnerables.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha decidido ajustar las alertas de emergencia en diversas regiones del país: las alertas han pasado de roja (máxima) a naranja (alta) en Guanacaste y Puntarenas; de naranja a amarilla (intermedia) en las zonas central y norte; y de amarilla a verde (prevención) en la provincia de Limón, en la costa Caribe.
A pesar de un reporte general que indica una disminución en la saturación de los suelos, la CNE advierte que ciertas cuencas aún presentan niveles preocupantes de saturación, especialmente en las regiones montañosas del norte, así como en Guanacaste, la zona sur y el Valle Central.
La Cruz Roja Costarricense ha hecho un llamado de atención sobre los efectos devastadores que las recientes ondas tropicales, así como las tormentas tropicales Rafael y Sara, han tenido en el territorio nacional.
Las autoridades continúan trabajando activamente en la distribución de ayuda humanitaria en las comunidades de Guanacaste y Puntarenas, donde las consecuencias de las inundaciones aún se sienten con fuerza. La Cruz Roja urge a la población a mantener la cautela y estar atentos a las recomendaciones de las autoridades competentes.