Sean Combs, el reconocido rapero conocido como P. Diddy, enfrenta nuevas acusaciones que podrían complicar aún más su situación legal. Los fiscales del caso han presentado pruebas que sugieren que el artista ha intentado manipular el proceso judicial desde su detención en septiembre por cargos de crimen organizado y tráfico sexual.
Según documentos judiciales, Combs ha utilizado llamadas telefónicas desde la prisión para presionar a posibles testigos y víctimas a modificar sus testimonios o, incluso, a retractarse de sus acusaciones. Los fiscales alegan que el rapero ha instruido a sus familiares para que contacten a estas personas y les sugieran crear «narrativas» falsas que puedan influir en el jurado y cambiar la percepción pública del caso.
Además de intentar manipular a los testigos, Combs también habría impulsado estrategias de «marketing» para mejorar su imagen pública y generar simpatía ante el ojo del público. Estas acciones, según los fiscales, demuestran un claro intento de obstruir la justicia y de socavar la credibilidad de las acusaciones en su contra.
Ante estas nuevas revelaciones, los fiscales han solicitado al juez que niegue la última petición de Combs de obtener la libertad bajo fianza. Argumentan que el comportamiento del rapero demuestra que no puede ser considerado un individuo confiable y que existe un alto riesgo de que intente influir en los testigos o huir si es liberado.
La próxima semana se llevará a cabo una audiencia para determinar si Combs continuará detenido mientras se desarrolla su juicio.