MÉXICO.- Lo que prometía ser una experiencia divertida para Alessia Piña, una joven de Nuevo León, se convirtió en un susto que la dejó reflexionando sobre la seguridad en las atracciones turísticas.
Durante su visita al Pueblo Mágico de Real de Catorce el pasado fin de semana, Alessia decidió probar el ‘columpio extremo’ como parte de un paquete de atracciones.
Sin embargo, mientras un trabajador le colocaba el arnés, la plataforma en la que se encontraba colapsó, provocando una caída aparatosa del empleado y dejando a Alessia suspendida en el aire.
A través de un video compartido en redes sociales, Alessia relató la angustiante experiencia. A pesar del accidente, destacó la reacción rápida de los trabajadores, quienes corrieron a ayudarla y verificar su estado. Sin embargo, su preocupación se centró en la falta de protocolos de seguridad en un lugar que debería estar preparado para manejar este tipo de situaciones.
‘Al lugar nunca acudieron paramédicos, ambulancia, algún doctor, nada’, expresó, cuestionando la responsabilidad de los administradores del parque ante el incidente.
Alessia compartió su experiencia en redes sociales con un fuerte mensaje sobre la falta de medidas de seguridad en la atracción. A pesar de su temor por la caída del trabajador, quien sufrió una caída considerable, su enojo aumentó al ver que la atracción continuaba operando poco después del accidente.
“¿Qué necesitas que pase para que hagas algo al respecto?”, cuestionó a la administración, sugiriendo que un accidente grave podría haberse evitado con medidas adecuadas.
Tras el incidente, Alessia se dirigió a un hospital en Monterrey, aquejada por dolores en todo el cuerpo, y reafirmó su compromiso de alertar a otros sobre la falta de seguridad en el lugar.
“No puede ser que un lugar de esta magnitud, que recibe miles de personas, no tenga las medidas necesarias al alcance”, advirtió, enfatizando la necesidad de contar con una ambulancia y atención médica en el sitio.
Este episodio no solo dejó a Alessia con una profunda reflexión sobre la seguridad, sino que también plantea interrogantes sobre la responsabilidad de las atracciones turísticas en garantizar el bienestar de sus visitantes. Afortunadamente, en esta ocasión, el desenlace fue menos grave de lo que pudo haber sido, pero la experiencia sirve como un llamado a la acción para mejorar las condiciones de seguridad en el sector.
