Un juego basado en acertijos para hallar una «Lechuza de Oro» enterrada en 1993 en Francia fue resuelto este jueves, informaron los organizadores.
Además de movilizar los esfuerzos de miles de participantes a lo largo de 31 años, el juego se vio perturbado por batallas legales y financieras.
«Confirmamos que la réplica de la Lechuza de Oro fue desenterrada durante la noche», escribió uno de los organizadores, Michel Becker, en un foro de la red social Discord utilizado por los aspirantes para colaborar en la resolución del rompecabezas. El foro cuenta con más de 7.000 participantes.
«No vayan a excavar» al lugar desvelado, instó Becker a otros aficionados, tras prometer que los organizadores estaban «verificando la exactitud de la solución presentada».
Una réplica de la Lechuza de Oro —una escultura de oro y plata de diez kilos incrustada con diamantes— fue enterrada en un lugar secreto de Francia en abril de 1993.
Para hallarla los participantes debían resolver once acertijos publicados en un libro titulado «En busca de la Lechuza de Oro».
Una vez hallada la réplica, el afortunado podrá intercambiarla por la pieza real, cuyo valor se estimaba en 1993 en 150.000 euros (unos 170.000 dólares).
El desafío fue concebido por un escritor de libros de marketing, Régis Hauser, que lo ideó bajo el seudónimo Max Valentin, para evitar la atención pública.
Hauser rara vez aparecía en público y siempre se cuidaba de cubrir su rostro.
Becker diseñó la escultura de la Lechuza de Oro, que luego fue realizada por un orfebre.
Durante años promocionó el juego en entrevistas televisivas, aunque él mismo no sabía dónde se encontraba el tesoro.
El juego tuvo sus propios contratiempos.
La Lechuza original fue incautada por un liquidador judicial, cuando la editorial que publicó la tercera edición del libro se declaró en bancarrota.
Tras cuatro años de batalla legal, Régis Hauser y Michel Becker recuperaron la estatua en 2009.
Hauser murió a los 62 años en abril de ese mismo año.
Luego Becker luchó contra los herederos de Hauser en los tribunales para obtener el control de la solución de los acertijos, confiada a un notario de París.
Becker intentó vender la Lechuza de Oro en 2014 a través de una casa de subastas, pero desistió tras la indignación de la comunidad de cazadores de tesoros.
Finalmente, los herederos de Hauser permitieron que Becker viera la solución, guardada en un viejo disquete informático, en 2021.
Una noche, fue al lugar, desenterró la oxidada réplica de hierro de la Lechuza y la reemplazó por una de bronce.
Pistas adicionales proporcionadas por Becker después de 2021 y la cooperación de los rastreadores a través de la plataforma Discord parecen haber llevado la saga a su final feliz.
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