Tenn.- La Oficina de Investigaciones de Tennessee (TBI) está enfrentando una batalla constante contra la creciente epidemia de fentanilo. Este opioide sintético, altamente adictivo y potencialmente letal, se ha convertido en una de las principales amenazas a la salud pública en el estado.
El agente especial a cargo Tommy Farmer, quien dirige el Grupo de Trabajo sobre Drogas Peligrosas de Tennessee, explica que la situación es compleja debido a la gran variedad de análogos del fentanilo y a la práctica común de mezclarlo con otras sustancias, como la xilazina. Esta última, además de potenciar los efectos del fentanilo, no responde al Narcan, lo que dificulta aún más el tratamiento de las sobredosis.
A pesar de la creciente conciencia sobre el fentanilo, persisten algunos mitos y conceptos erróneos. Farmer aclara que el fentanilo no se absorbe fácilmente a través de la piel y que la probabilidad de morir por tocar un billete contaminado es baja. Sin embargo, advierte que la mezcla de fentanilo con otras drogas, como la marihuana, representa un riesgo significativo debido a la dificultad de controlar la dosificación.
El agente especial científico forense Michael Bleakley describe el complejo proceso de análisis de las muestras en el laboratorio. Las pruebas realizadas en un espectrómetro de masas cromatógrafo de gases permiten identificar los componentes de cada muestra, incluyendo la presencia de fentanilo y sus análogos.
Un problema particular es la proliferación de píldoras falsificadas, como las M30, que contienen fentanilo en lugar de oxicodona. Estas píldoras, casi indistinguibles de las auténticas, representan un grave peligro para los consumidores, ya que desconocen la verdadera composición de lo que están ingiriendo.