En un partido que estuvo lejos de las expectativas previas, Nacional de Uruguay y Sao Paulo igualaron sin goles su partido de ida de este jueves por los octavos de final de la Libertadores, un empate que ilusiona a los brasileños.
Era uno de los duelos más esperados de esta fase de Libertadores al poner frente a frente a dos tricampeones del torneo. Pero acabó siendo decepcionante.
– Sin sorpresa –
El partido comenzó con Nacional volcado al ataque, decidido a aprovechar el envión que le daba su público en un Gran Parque Central colmado.
A los 3, una patriada de Diego Zabala, que escapó con un giro a dos rivales en mitad de cancha y se lanzó al ataque, pudo terminar en la red, pero Wellington le cerró el paso al paraguayo Antonio Galeano, que entraba para definir a pase del argentino Gabriel Báez.
Desde el medio campo, Cristian Oliva recuperaba todo lo que podía y distribuía bien la pelota hacia los costados, pero los laterales, muy eficaces a la hora de bloquear a los habilidosos delanteros visitantes, lo eran menos en función ofensiva.
Nacional presionaba, insinuaba, pero se perdía en centros y no concretaba. En ataque, un Rubén Bentancur peleador y esforzado, era bien controlado por Alan Franco o el ecuatoriano Robert Arboleda.
La oportunidad más clara de gol en el primer tramo del encuentro nació de los pies de Oliva, el mejor exponente del Bolso, que a los 20 desvió apenas un remate desde fuera del área.
Sao Paulo, mientras tanto, tenía bastante más la pelota que el local, pero en su terreno, y parecía adormilado en ataque. La primera parte acabó sin que los brasileños dispararan al arco custodiado por el panameño Luis Mejía.
– Decepción charrúa –
No cambió mayormente el panorama al inicio de la segunda parte.
Plantado algo más arriba en la cancha, Sao Paulo continuó sin embargo sin inquietar a Mejía, mientras Nacional se reiteraba en ataques sin consistencia.
Ambos equipos necesitaban algún revulsivo. Sobre todo el Bolso, presionado por su público y obligado a imponerse para ir a buscar la clasificación al dificilísimo Morumbí, la semana próxima.
Los últimos 20 fueron más movidos.
Mejía tapó a los 69 un muy buen disparo del argentino Jonathan Calleri, y Zabala a los 73 se perdió una excelente ocasión al trabar su remate contra el piso cuando tenía el arco a pedir de boca.
El DT uruguayo Martín Lasarte quemó todos los cartuchos lanzando a la cancha a Nicolás «Diente» López, de regreso a casa tras muchos años en el exterior, y al recién incorporado delantero colombiano Diego Erazo.
No tuvo consecuencia alguna.
Los uruguayos se retiraron del campo doblemente decepcionados: por comprometer su chance de pasar de fase en la Libertadores y por ver alejarse también la posibilidad de clasificar al Mundial de Clubes que se disputará en 2025 en Estados Unidos.
Los dirigidos por el argentino Luis Zubeldía, en cambio, pueden sentirse relativamente conformes. No jugaron bien, pecaron de poco ambiciosos, pero lograron su cometido de no perder y definirán a domicilio. El semblante de sus hinchas que se trasladaron a Montevideo así lo reflejó.
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