La tormenta tropical Debby ha impactado severamente a Florida y Georgia, dejando a su paso lluvias torrenciales y fuertes vientos que han resultado en al menos cinco muertes y numerosas inundaciones.
La tormenta, que tocó tierra en la costa del Golfo de México el lunes como un huracán de categoría 1, ha sido rebajada a tormenta tropical, pero sigue causando estragos mientras avanza hacia la costa atlántica del sureste de EE.UU.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) ha alertado sobre lluvias históricas en la región, con pronósticos que indican acumulaciones de hasta 76 centímetros (30 pulgadas) en algunas áreas.
Se han previsto hasta 46 centímetros (18 pulgadas) para el centro y norte de Florida, lo que ha llevado a la declaración de estado de emergencia por inundaciones repentinas en Lake City, donde ya se han registrado hasta 30.5 centímetros (un pie) de lluvia.
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Las ciudades de Savannah, Georgia, y Charleston, Carolina del Sur, se encuentran bajo amenaza de crecidas significativas. En una conferencia de prensa, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, enfatizó la gravedad de la situación: «Es una tormenta muy saturada y húmeda. Estaremos en alerta no solo hoy, sino hasta la próxima semana».
Entre las tragedias reportadas, un conductor de camión en Tampa perdió la vida tras perder el control de su vehículo en la autopista interestatal 75, mientras que un niño de 13 años falleció cuando un árbol cayó sobre su casa rodante en Gainesville.
Además, un accidente automovilístico en el condado de Dixie provocó la muerte de una mujer de 38 años y un niño de 12, y un joven de 19 años murió en Moultrie, Georgia, debido a la caída de un árbol.
La tormenta ha dejado a cerca de 200,000 clientes sin electricidad en Florida y Georgia, un número que se había elevado a más de 350,000. Actualmente, alrededor de 17,000 técnicos están trabajando incansablemente para restablecer el servicio energético.
DeSantis instó a los residentes en las áreas afectadas a permanecer alejados de las carreteras hasta que las condiciones sean seguras.