¿Compró el hotel cinco estrellas que hospeda a la selección estadounidense camas XXL? La prensa local especula sobre cómo se acoge a los gigantes de la NBA: Lille, gracias a su estadio de fútbol, es la flamante capital del básquetbol olímpico en París-2024.
Con camas extralargas o no, cuesta imaginar al pívot Joel Embiid, 2,13 metros y 127 kilos, moverse dentro de este coqueto palacio del siglo XV, de dos plantas y con tejados a dos aguas.
Son las 10h00 locales del lunes (08h00 GMT) y el dispositivo de seguridad incluye un tramo de calle cortado y unos 30 agentes, entre policías franceses y seguridad privada de la delegación: Un centenar de aficionados, móvil en mano a punto para grabar, aguardan los dos o tres segundos que los jugadores NBA necesitarán para enlazar hotel y autobús.
– Más caliente que la NBA –
El Team USA es la gran atracción de una ciudad en efervescencia con la llegada de miles de aficionados de todo el mundo para presenciar la primera fase de los torneos olímpicos de básquet.
Por su casco histórico el hincha se puede cruzar por ejemplo con Dwyane Wade, el icono de los Miami Heat, que retransmitió en redes su visita nada más aterrizar a un Kentucky Fried Chicken antes de debutar como comentarista de televisión en el triunfo de Estados Unidos sobre Serbia (110-84) el domingo.
Unas filas más atrás que Wade, el director de cine Spike Lee, ilustre seguidor de los New York Knicks y una atracción propia del Madison Square Garden, sigue el partido mientras varios aficionados le piden fotografías.
Se juega en el estadio Pierre Mauroy, la casa del Lille, equipo de la primera división francesa de fútbol. Se trata de un inteligente recinto multiusos que ya albergó el Eurobásquet de 2015, ganado por España, y que permite la entrada a 28.000 personas en su configuración para este deporte.
El Dream Team apreció el ambiente de alto voltaje en las gradas, mucho más caliente que el que acostumbran en la NBA.
«Fue fenomenal, tenía mariposas en la barriga. He jugado ante mucha gente, pero fue realmente fuerte», dijo el ‘Rey’ LeBron James.
«Es una locura, miraba a mi alrededor y veía muchas camisetas de la NBA diferentes, me encanta cuando el básquet puede reunir tanta gente de todos los sitios del mundo», continuó Kevin Durant, 23 puntos en el arranque hacia la conquista de su cuarto oro consecutivo.
«El ambiente fue eléctrico, como un partido de fútbol. Espero vivir esto en todos los partidos», añadió la nueva sensación Anthony Edwards.
– Tres sesiones: 84.000 personas –
La gestión del público no es sencilla: Cada jornada de básquet se divide en tres sesiones: Mañana (dos partidos), tarde y noche (uno cada una). Esto significa que el pabellón se llena y se vacía tres veces, lo que puede llevar la cifra de entradas vendidas al día a 84.000.
Por el momento el recinto ha estado casi siempre lleno, salvo en el Serbia-Puerto Rico (58-55) femenino que cerró la jornada del domingo.
Menos espectadores tendrá la segunda parte de la competición, a partir de cuartos en París-Bercy, con una capacidad para 15.000 personas.
Trasladar la primera fase del básquet a Lille -tomará el testigo el balonmano- es un gran negocio para la organización y un desafío para el metro. La línea amarilla es un continuo ir y venir de aficionados con coloridas camisillas.
En la primera jornada, el sábado, la fila era interminable pasada la medianoche para acceder a la estación que llevaba de vuelta a Lille.
Para los que se quedan en el centro, la Grand Place se ha convertido en una cancha al aire libre.
Y cuando cae la noche, en la fachada de la Ópera de Lille se proyectan sinfonías de luces, sonido e imágenes con clásicos en versión olímpica, entre ellos un ‘Romeo y Julieta’ con el básquet como teatro de la gran historia de amor.
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