Una madre de Kentucky aseguró que su bebé fue bendecido por «la mano de Dios», que según relató, se puede ver en la ecografía que se hizo en su octavo mes de embarazo.
En su perfil de Facebook, Amanda Foster, de 33 años, compartió la imagen del ultrasonido que se realizó en el centro de salud Women’s Care of Lake Cumberland, en la ciudad de Somerset. En la publicación, contó que le ha pedido al Señor repetidamente que «por favor mantenga su mano sobre su bebé» antes de cada cita después de que le diagnosticaran una afección cardíaca al inicio del embarazo.
De acuerdo con el medio británico Daily Mail, cuando tenía 17 años y estaba embarazada de su primer hijo, le diagnosticaron el síndrome de Potter, una condición que ocurre cuando los riñones del bebé no se desarrollan correctamente o están ausentes. Por esta razón, Foster desarrolló «un profundo resentimiento y rabia hacia Dios».
«Por si fuera poco, más tarde me dijeron que era muy poco probable que tuviera un hijo varón sano, ya que el síndrome de Potter es más común en los varones», declaró Foster al medio citado.»Mi pensamiento en ese momento fue: ‘Bueno, si Dios se va a llevar a mi hijo, ¡también me llevará a mí!».
En septiembre de 2021, Foster entregó su vida a Jesucristo. «Viví una vida muy caótica y miserable durante un tiempo. Finalmente me había rendido. Estaba cansada y completamente destrozada cuando entregué mi vida a Jesucristo» , agregó.
Unos meses después Foster descubrió que estaba embarazada.»En marzo de 2022, descubrí que era un niño y que estaba sano. Ahora tiene dos años, ¡casi tres! Avanzando rápidamente hasta ahora, descubrí que estaba embarazada de otro niño, y este embarazo ha tenido sus altibajos’, expresó.
«Ayer me hicieron un ultrasonido, mi hija menor Bailey fue la primera en notarlo y me preguntó de quién era esa mano», dijo en la publicación. «Pero en una de sus fotos tiene la apariencia de una mano sosteniendo su cabeza».
Finalizó expresando: «Pensar en esto anoche cada vez más me hizo llorar y estar tan agradecido por todo lo que tiene y sigue haciendo por mí. ¡Y nunca podía entender la idea de vivir sin él en mi vida!».
