El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha anunciado el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) para aproximadamente 72,000 migrantes de Honduras y 4,000 de Nicaragua que residen en Estados Unidos. Esta decisión es parte de la política de la administración Trump de revocar las protecciones de deportación a personas de varias nacionalidades, argumentando que las condiciones en sus países de origen ya no justifican dicho estatus.
Honduras y Nicaragua fueron designadas para el TPS en 1999 debido a desastres ambientales, específicamente el huracán Mitch. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, afirmó que el TPS fue diseñado para ser «temporal» y que «es evidente que el Gobierno de Honduras ha tomado todas las medidas necesarias para superar los efectos del huracán Mitch, ocurrido hace casi 27 años».
El TPS es un alivio humanitario que protege de la deportación a personas que enfrentarían dificultades extremas al regresar a sus países devastados por conflictos o desastres. Aunque gobiernos anteriores, tanto republicanos como demócratas, han otorgado y extendido estas protecciones, algunos republicanos han criticado las múltiples extensiones.
El DHS está alentando a los ciudadanos nicaragüenses y hondureños afectados a autodeportarse a través de un programa de Aduanas y Protección Fronteriza. Este programa les ofrece un boleto de avión gratuito, un bono de salida de $1,000 y «posibles oportunidades futuras de inmigración legal». La terminación del TPS ha generado desafíos legales en todo el país, y en algunos casos, ha sido bloqueada por jueces federales.